En esta nueva ocasión nos enfrentamos a una contradicción en la que se desprende unos conceptos teológicos bastante complejos en los cuales hay que profundizar para poder negar esta contradicción. Para resumir, lo que dice es que hay textos en la Biblia donde dice que Dios quiere que todos se salven y otros donde dice que Dios quiere el infierno para algunos. Recordamos nuevamente que esto es una contradicción sacada de
esta web y nos metemos de lleno:
Dios quiere que todos vayan al cielo
1 Timoteo 2:3-4
3 Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, 4 pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad.
2 Pedro 3:9
9 El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.
Dios quiere que algunos vayan al infierno
Proverbios 16:4
Toda obra del Señor tiene un propósito;
¡hasta el malvado fue hecho para el día del desastre!
Juan 12:40
«Les ha cegado los ojos y endurecido el corazón, para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón ni se conviertan; y yo los sane»
Romanos 9:18
18 Así que Dios tiene misericordia de quien él quiere tenerla, y endurece a quien él quiere endurecer.
2 Tesalonicenses 2:11-12
11 Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. 12 Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se deleitaron en el mal.
Antes de comenzar me gustaría dejar claro que no voy a intentar explicar por qué la realidad cristiana que se desprende de la Biblia es cierta o no, es decir, no voy a intentar explicar por qué Dios hace las cosas como las hace o si es bueno o tiene sentido creer en la predestinación. Simplemente voy a utilizar esta realidad para intentar hacer entender por qué estos versículos no presentan ninguna contradicción
La obra redentora. Realmente es imposible entender ciertos pasajes de la Biblia si no se tiene un conocimiento general sobre la obra redentora de Jesucristo. El problema es que sobre este tema hay debates desde la fundación del cristianismo hasta nuestros tiempos, siendo causa de creación de denominaciones e incluso, separación de iglesias. No porque hayan dudas en que Jesucristo, Dios, único y suficiente salvador, por medio de la muerte en la cruz tomó nuestro lugar como sacrificio perfecto para que todo el que crea en el pueda tener vida plena, en abundancia y acceder a la salvación de su alma para poder vivir con Él en la eternidad. Ese mensaje es claro y esencial para la vida de un cristiano (protestante por lo menos) y no suelen haber diferencias entre los verdaderos creyentes, pero si que hay diferencias en lo que respecta a
cómo se adjudica la salvación. No vamos a hablar de las dos famosas posturas acerca de este tema (calvinismo y arminianismo, si quieres ver un resumen de los puntos,
entra aquí) pero es importante tener en cuenta que muchos cristianos creen que Dios, en su soberanía escoge a las personas que se van a salvar (Romanos 8:30, es sólo un ejemplo, hay muchos más que ayudan a esta idea) por su perfecta voluntad. El ser humano está, debido al pecado, muerto y como se suele decir: los muertos no hablan. Ni toman decisiones, ni nada. Así que Dios nos escoge, nos predestina. Por otro lado, otros muchos cristianos creen que Dios no nos escoge como si estuviera escogiendo equipo en el patio del colegio (Hechos 16.31, es sólo un ejemplo, hay muchos más que ayudan a esta idea) sino que las personas tienen libre albedrío, como se señala en Génesis, y ellas deciden si aceptan la salvación. La obra redentora de Jesucristo, en este sentido, es, sin duda, un misterio.
Cuando en el cristianismo se dice que algo es un misterio no es porque sea algo oscuro, extraño y escondido. Es algo que está a la luz, visible pero incomprensible. La Biblia apoya las dos ideas, dos ideas que podrían parecer contradictorias, pero que, a mi entender y al entender de muchos, no lo son. Simplemente, el ser humano no lo entiende. El misterio de la salvación convive en la vida de los cristianos como convive el misterio de la trinidad (y algunos otros) y no es tropiezo para nuestra fe, todo lo contrario, es una prueba más de que nuestro Dios es tan grande que ciertas facetas de su esencia son incomprensibles para sus criaturas.
Dios quiere que todos se salven. Esta idea es irrefutable, no puede ser rebatida por nadie, Dios quiere la salvación de todas sus criaturas. Esto se puede ver en los dos primeros textos (1 Timoteo 2:3-4 y 2 Pedro 3:9) pero también se refleja en el contexto de toda la Biblia y no hay mayor prueba de ello que Jesucristo. Dios envía al mundo a su hijo para salvar a todos los que crean en él, para que no se pierdan sino que tengan la vida eterna. Dios crea al ser humano para que convivan con él, así se ve en el Génesis y es su deseo constantemente a lo largo de toda la Biblia. Esto es así porque Dios es amor y su inherente amor se refleja hacia el ser humano constantemente: 1 Juan 4:16 “ Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él“. Salmos 103: 8 «Misericordioso y clemente es el Señor; Lento para la ira, y grande en misericordia.» Jeremías 31: 3 «El Señor se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.» Romanos 8: 35-39 «¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.» 1 Juan 4:19 «Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.» Romanos 5: 8 «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.» 1 Juan 4: 9-10 «En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.» Juan 15: 9 «Como el Padre me ha amado, así os he amado; permaneced en mi amor.» Y en ninguna manera se considera un Dios alejado que no quiere tener una relación con sus criaturas. Dios quería convivir con Adán y Eva en el Edén, quería contarle a Abraham sus planes como a su amigo, quería que Moisés trabajase con Él, quería del pueblo de israel un pueblo santo, quería la más intimas de las relaciones con las personas, dice que somos la niña de sus ojos. Y Dios quiere lo mismo para nosotros, convivir, ser nuestro amigo, trabajar con nosotros, santificarnos y relacionarse de una manera profunda con nosotros. Somos la niña de sus ojos. Toda la Biblia refleja desde Génesis hasta Apocalipsis el profundo anhelo de Dios de relacionarse con las personas y el infinito amor que tiene hacia ellas.
Las personas no quieren salvarse. Pero ¿qué ocurre? ¿Qué sucedió para leer cosas como las que leemos en Proverbios, Juan, Romanos y 2 Tesalonicenses? Que el mundo rechazó a Dios. El libre albedrío tiene el inconveniente de que cualquiera puede hacer lo que quiera; las personas pueden decidir qué hacer con su alma. Y el mundo decide una y otra vez darle la espalda a Dios. Ahora saldrán las típicas preguntas: ¿Por qué Dios no nos hizo a todos buenos? ¿Por qué no cambia las cosas? Siempre la responsabilidad pasa directamente a Dios, y las personas que no le conocen terminan culpando a Dios de las cosas que ocurren, incluso de su propio pecado, pero la realidad es que el ser humano no busca a Dios y se aparta constantemente de Él rompiendo la relación que el anhela. Dios hizo a Adán y a Eva y estos se apartaron, Caín se apartó, el mundo antiguo, lleno de maldad, antes del diluvio se apartó, el pueblo tras ser liberado de Egipto se apartó y numerosas veces durante la conquista de Canaán se apartaron y en la época de los jueces se apartaron una y otra vez yéndose tras dioses ajenos y Dios una y otra vez los rescataba y hubieron 39 reyes entre Israel y Judá, una vez dividido el reino y 31 se apartaron de Dios a pesar de la instrucción de los profetas y ¿qué ocurrió entonces? acabando el último de los relatos del libro de los reyes el autor del libro escribe: «14 También los jefes de los sacerdotes y el pueblo aumentaron su maldad, pues siguieron las prácticas detestables de los países vecinos y contaminaron el templo que el Señor había consagrado para sí en Jerusalén. 15 Por amor a su pueblo y al lugar donde habita, el Señor, Dios de sus antepasados, con frecuencia les enviaba advertencias por medio de sus mensajeros. 16 Pero ellos se burlaban de los mensajeros de Dios, tenían en poco sus palabras, y se mofaban de sus profetas. Por fin, el Señor desató su ira contra el pueblo, Y YA NO HUBO REMEDIO.» Y el pueblo fue capturado por Babilonia y luego por el imperio Persa y luego por el imperio Romano. Entonces. Llega Jesucristo. Dios con nosotros, la relación directa con el Creador, el Mesías, el agua de vida, el Rey de reyes en la tierra. Y ¿Qué sucede? Lo matan. Pero resucita y pone su Espíritu Santo en nuestros corazones y sólo creyendo en Él tenemos acceso a su Reino y a la vida eterna. Y ¿Qué ocurre? Las personas siguen rechazándolo. Siguen diciendo que es un mito, que es una invención de la iglesia, una forma de tranquilizar nuestras conciencias, una forma de oprimir a las personas. Se burlan de Él lo insultan y lo ridiculizan. ¿Por qué Dios no nos hizo a todos buenos? Porque nos hizo libres ¿Por qué no cambia las cosas? No ha dejado de hacerlo.
¿A dónde quieres llegar? Una vez entendiendo todo lo que se ha explicado y teniendo una visión general (y superficial) de las bases de la condición humana y de Dios y su redención tenemos que entender en resumen lo siguiente:
- Dios es soberano con su creación, el puede hacer y deshacer. De igual manera que nosotros hacemos y deshacemos en cuanto a lo que decidimos con nuestros hijos mientras dependan de nosotros, Dios puede decidir con nosotros hacer lo que quiera en cuanto dependa de Él. Su omnipotencia y su omnisciencia hacen que sea posible. Por lo tanto hace y deshace a voluntad.
- Dios ama a todas las personas, a todos y cada uno de los seres humanos. Desea la salvación de todos. Su amor es su cualidad más destacable para las personas pues él mismo se entrego por amor para nuestra salvación. Su amor no niega el punto 1, se confirman mutuamente.
- Sin embargo, a pesar de su omnipotencia infinita, su amor infinito y su omnisciencia infinita, Dios, debido a su voluntad perfecta ha decidido que seamos libres en nuestra toma de decisiones (esto se debe al punto 2, debido a su amor). Esto no niega ninguno de los dos puntos anteriores. Esto ha conllevado inexorablemente a la desobediencia de las personas y a que Dios haya permitido e incluso usado (debido a su perfecta voluntad y a su soberanía (punto 1)) la maldad del ser humano para sus perfectos propósitos. Dios NO QUIERE nuestra perdición, pero si nosotros la escogemos una y otra vez ya no habrá más remedio.
Una nueva perspectiva. Bajo toda esta realidad Bíblica ya podríamos decir que los textos escogidos no son contradictorios, todo lo contrario, conforman una base formidable para definir la realidad Cristiana. Así que desde ya digo que NO ES UNA CONTRADICCIÓN. En este momento puede que te quedes con una sensación de que no se han respondido preguntas claves: ¿Por qué Dios hizo las cosas así? ¿Por que no fuimos al cielo directamente? ¿Por qué no mató a Satanás directamente y todo fue genial? ¿Dios podría haberlo evitado? Si la respuesta es sí, ¿Por qué no lo hizo? Este tema no voy a comentarlo en este artículo (es más no quería meterme en doctrina aunque he visto necesario hablar de ello para resolver la contradicción) y seguramente haga un artículo hablando de esto, pero para ir adelantando y concluyendo el artículo querría dejarles a leer uno de los versículos más clarificadores acerca de, por supuesto, todas las cosas: (Colosenses 1:15-20)
15 Él es la imagen del Dios invisible,
el primogénito de toda creación,
16 porque por medio de él fueron creadas todas las cosas
en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles,
sean tronos, poderes, principados o autoridades:
todo ha sido creado
por medio de él y para él.
17 Él es anterior a todas las cosas,
que por medio de él forman un todo coherente.
18 Él es la cabeza del cuerpo,
que es la iglesia.
Él es el principio,
el primogénito de la resurrección,
para ser en todo el primero.
19 Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud
20 y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas,
tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo,
haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz.
Me encantó, muy buena explicación, no podría entenderlo mejor de otra manera.
Gracias por lo que compartes cada día que sin duda Dios pone en ti.