Dios ha dicho:»Nunca te dejaré. Nunca te abandonaré.» Hebreos 13:5

A veces, hoy en día, parece que nuestra relación personal con Dios está trazada como un acuerdo de larga distancia en el que Jesús y su Padre nos escuchan desde lejos, tal vez asintiendo y sonriendo. En el cielo, cada creyente tiene una cuenta de «pecado», la cual Dios sigue limpiando mientras la muerte de Cristo paga la cuenta del pecado de cada creyente.

¿Pero una relación personal no implica más que eso? Un mero benefactor, por muy poderoso, amable y considerado que sea, no es lo mismo que un amigo. Jesús dice:»Yo os he llamado amigos» (Juan 15:15) y «mirad, estoy con vosotros cada minuto, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20, parafraseando). Es razonable suponer que esta relación personal de amigos incluiría comunicación individualizada -palabras e ideas que Dios comunica de manera única a cada amigo.

Meditar: Lentamente relea Hebreos 13:5 u otro versículo impreso en esta página. Dilo en voz alta y haz una pausa. ¿Qué palabra te llama la atención? Pausa otra vez. ¿Por qué crees que esa palabra sobresale? ¿Qué podría estar tratando de decirte Dios hoy?

Dallas Willard