Porque os digo que si vuestra justicia no sobrepasa la de los fariseos y de los maestros de la ley, no entraréis ciertamente en el reino de los cielos. Mateo 5:20

La gente a veces ignora la importancia de escuchar a Dios cuando dicen que si uno hace todo lo que Dios mandó, está haciendo la voluntad de Dios. Pero podrías estar haciendo todo lo que Dios ordena explícitamente y aún así no ser la persona que Dios quiere que seas. Una mera obsesión con hacer todos los mandamientos de Dios puede ser precisamente la misma cosa que descarta ser el tipo de persona que él llama a ser. La consigna del siervo digno no es la mera obediencia, sino el amor, del que fluye naturalmente la obediencia apropiada.

Hay algo bueno en la actitud de hacer lo que Dios nos dice que hagamos, lo cual equivale a la justicia de los escribas y fariseos. Pero esto limita severamente el crecimiento espiritual. Una vida de colaboración de corazón libre con Jesús y sus amigos en el reino de Dios supera esa justicia.

Reflexionar: ¿En qué situaciones sería fácil hacer todo bien y, sin embargo, perderse de amar a la gente? ¿Qué pasa en la mente de una persona que está tratando de hacer todo bien? ¿Qué pasa en la mente de una persona que busca amar?

Dallas Willard