Estudiando las leyes del antiguo testamento me he encontrado con algo de lo cual siempre se oye hablar pero pocas veces se estudia, y aunque quizá nos desviamos un poco del estudio propio de la Biblia sí que me parece importante conocer el contexto de la idolatría propia del antiguo testamento. Quizá en el futuro estudiemos los dioses griegos y romanos propios de la época del nuevo testamento, pero en esta ocasión vamos a ver lo dioses del antiguo testamento.

Aunque en la Biblia se nombran muchos dioses (asera, astarot, astarte, baal, bel, dagon, mac, diana, mercurio, milcon, nebo, nehustan, nergal, nisroc, piton, quemos, quilin, rimon, tamuz, tartac, etc) sólo vamos a estudiar los dioses más importantes que rodearon al pueblo de Dios durante el antiguo testamento: Baal, Asera, Moloc y Dagón. Quizá en el contexto de cada dios veremos otros dioses, pero nos centraremos en estos cuatro.

Baal

Baal era el nombre del dios principal de muchos pueblos que estaban en Asia menor, como los caldeos, fenicios, filisteos, babilonios, etc. Baal, en la mitología cananea era hijo de El (El padre de todos los dioses, el dios supremo, casado con Asera, en hebreo era llamado Elohim y efectivamente correspondería con el dios de dioses ya que es el único dios de esta mitología que es todopoderoso) y de Asera, su madre.

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Mitología. La historia de Baal se encuentra en los textos de Ras Shamra (son las liturgias de las fiestas religiosas y los rituales al dios Baal) y en resumen lo que cuenta es que Yam (El hermano de Baal) quiere ser el líder de los dioses, su padre El accede pero Baal se opone y declara la guerra a su padre y a su hermano, matándo a este último, luego Asera (la madre) convence a El para construirle un palacio a Baal lo que le daría autoridad sobre el resto de dioses. Luego Baal se enfrenta a Mot (El dios del inframundo) pero Baal se rinde ante Mot y desciende al inframundo. Mot reina en el mundo (ya que el otro hermano de Baal, Athtar es incapaz de reinar) y conlleva a la extinción de la vida en la tierra, pero Anat (La hermana de Baal) rescata a Baal y mata a Mot (que en realidad no muere) y finalmente Baal lucha contra Mot (nuevamente) y este se rinde, reinando Baal entre todos los dioses.

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Estas contínuas disputas en la mitología cananea se llevaba al mundo real haciendo una similitud entre las estaciones del año y las guerras divinas. Así pues, cuando no habían lluvias (finales de abril hasta septiembre) era que Mot estaba triunfando y cuando llovía significaba que Baal había vuelto a la vida gracias a su hermana Anat, regresaba al trono y se unía con su esposa Astarté.

Rituales. En estas culturas y religiones las personas lo que querían era llamar la atención de los dioses para conseguir sus favores. Para conseguirlo se llevaban a cabo las siguientes prácticas:

  • Sacrificios: Casi siempre de productos de la tierra y de los ganados, pero también, en ocasiones de sus propios hijos. Estas ofrendas se realizaban en los tan mencionados en la Biblia «Lugares altos» pues casi siempre se encontraban en lo alto de formaciones montañosas o en lo alto de las colinas. Con el tiempo surgieron sacerdotes, para que los sacrificios se hicieran lo mejor posible. Aunque se suele atribuir la práctica predilecta de sacrificios de primogénitos al dios Baal, lo cierto es que era el dios Moloc (Moloch Baal) el que recibía de forma mucho más común este tipo de sacrificios.
  • Rituales sexuales: Esta religión giraba en torno a la fecundidad, es decir, que tanto la tierra como los animales y las personas fuesen fecundos.  En primavera se celebraba la unión de Baal con su esposa (que es un relato extraño en el que Baal parece tener relaciones con su esposa/hermana y también con novillas (crias de toros) y de ahí nace su progenie). Seguramente los relatos mitológicos serían representados en los rituales, dando lugar a la prostitución sagrada entre hombres y mujeres en los lugares de culto. También, dentro de la profunda degradación que tenían en estos pueblos se practicaba la zoofilia o bestialismo en imitación a las prácticas de su dios con animales, con la creencia de que se aseguraría la prole del ganado.
  • Otros rituales: Entre otros rituales recogidos por la tradición cananea se encontraba la laceración o mutilación corporal.

Lugares de culto. En los lugares de culto solía encontrarse grandes representaciones fálicas del dios Baal expresando la fuerte connotación sexual que tenía todo lo relacionado con esta deidad, además, los lugares de sacrificio solían encontrarse en sitios elevados ya que la creencia popular de la época era que los dioses eran más accesibles cuanto más alto estuvieran y no desde los valles.

No es de extrañar entonces, que Dios se tomara tantas molestias en advertir a su pueblo de la corrupción y degradación tan grande que había en los pueblos de Canaán y que les advirtiera sobre los malvados pecados que se cometían, la gran inmoralidad que existía y la tolerancia cero que debía haber ante tales prácticas. Dios no trataba de tener un pueblo oprimido por las leyes, sino un pueblo santo, y debía protegerlo mediante muchas normas (que ahora nos parecen extrañas) para que no se contaminaran de la inmundicia que iban a encontrar. El culto a Baal y la sociedad que vivía en torno a esta deidad estaba totalmente corrupta y hundida en la mayor degradación moral alcanzada por el ser humano.