Esta pregunta para mi es muy compleja, pero me gustaría analizar las posibilidades, porque es un tema que me parece interesante. Las típicas preguntas que representan al título de este artículo suelen ser: En una tribu perdida en el Amazonas a la cual nunca nadie le llevó el evangelio muere una persona, ¿esa persona es salva? Un bebé que por desgracia muere al poco tiempo ¿se salva? Una persona que nació y que nunca tuvo las capacidades mentales suficientes para entender el mensaje de la salvación ¿es salva al morir?

Son preguntas sin respuestas que pueden parecer innecesarias ya que podríamos decir que Dios hace y deshace como él quiere y nosotros no somos nadie para levantar opiniones sobre este asunto, pero si bien esto es cierto, también es cierto que tratar de resolver el asunto va a conseguir que estudiemos la palabra y que nos hagamos muchas más preguntas y que profundicemos más en algo parecido a cómo Dios es. Así que vamos allá.

Yo, en este caso, voy a ir analizando en 6 artículos cada pregunta a favor y en contra para que podamos ver de una manera bastante amplia todos los puntos de vista. Al finalizar la serie (En el séptimo artículo), después de ver todas las opciones, intentaré dar mi opinión después de entender todo (o intentarlo). Hoy comenzamos con la pregunta: Un bebé que por desgracia muere al poco tiempo ¿se salva?

Vamos a retroceder a la pregunta inicial: ¿Se salvan los que nunca han escuchado?

El método de salvación. El método es bien claro para las personas que han leído los evangelios. «30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Hechos 16.30-31″ Jesucristo es la única manera de ser salvo, es el único medio, el principio y el final de la salvación. Su sacrificio fue la única manera en que nuestro pecado sea limpio: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3.16» Lo único que tienen que hacer las personas para acceder a tan grande regalo es reconocerse a si mismos como pecadores y aceptar el sacrificio de Jesús. De esto podemos sacar: Sólo Cristo salva y las personas tienen que aceptarle. Además de esto es evidente que para aceptar a Jesús tienes que haber oído hablar de Él, de alguna forma tuviste que conocer su existencia y no sólo su existencia, sino lo que ha hecho. Aquí se plantea una duda ¿Cómo una persona puede saber quién es Jesús y lo que ha hecho? Sin duda podríamos decir que la manera preferida de Dios para comunicar a la humanidad el mensaje del evangelio son aquellos que ya le conocen » 15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Marcos 16.15-16″ Pero ¿podrían haber más maneras? Después lo vemos. En cualquier caso, parece que por norma general podemos sacar estas conclusiones: La salvación se obtiene, una vez conocido y entendido el mensaje del evangelio, aceptando a Jesucristo como único y suficiente salvador y como Señor de nuestras vidas.

Bajo esta premisa sería fácil concluir que el que no cumple estas condiciones no es salvo, pero me gustaría plantear la siguiente pregunta tan repetida: ¿Sería justo que una persona fuese condenada porque nunca pudo recibir el mensaje de la salvación? Aquí tenemos que subirnos la manga de la camisa, ponernos las botas de trabajo e investigar un gran misterio.

La naturaleza pecaminosa. El pecado en las personas comenzó con Adán y Eva. Dios los había hecho a su semejanza, pero ante la tentación (La de Eva por parte de la serpiente y la de Adán por parte de Eva) ambos pecaron. Pareciera verse en este punto que el ser humano es intrínsecamente bueno, pero a medida que experimenta tentaciones cae en ellas. Pero, entonces ¿Por qué nos habla la Biblia en varias ocasiones (Romanos 8:3, Efesios 2.3, Romanos 6.6, Romanos 7.25, …) de la carne corrupta, de la vieja naturaleza y de la naturaleza pecaminosa? ¿Significa esto que hay en nosotros algo que nos hace pecadores de fábrica? Error error!!! La naturaleza pecaminosa, de hecho, no significa que seamos culpables de ningún pecado que no hemos cometido, sin duda la Biblia es clara en este punto atribuyendo la culpabilidad del acto a la persona que comete la transgresión “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él. Ezequiel 18.20”. Sin embargo, eso no quiere decir que las consecuencias de los pecados sí se transmitan a lo largo y ancho del tiempo y el espacio. No hay (creo yo) ningún pecado que una persona pueda cometer que, con el suficiente tiempo no traiga consecuencias a alguien más. De hecho la naturaleza pecaminosa es una consecuencia directa de la desobediencia de Adán y se puede ver en el mismo instante en el que prueban del fruto prohibido; porque desde que Eva peca lo primero que hace es pecar tentando a Adán para que peque, y cuando los dos pecan y se dan cuenta de su desnudez lo que hacen es pecar escondiéndose de Dios, y cuando Dios les pregunta Adán acusa a Eva y Eva a la serpiente y desde ese momento hasta que Jesús vuelva en su segunda venida el ser humano carga y cargará con una naturaleza que hace que escoja una y otra vez pecar. Así que yo cuando nací, nací con una naturaleza carnal, una naturaleza que me impulsa a pecar siempre que tenga la oportunidad de hacerlo, eso es la naturaleza pecaminosa.

Así que ¿una persona es pecadora porque peca o peca porque es pecadora? ¿El pecado es intrínseco al ser humano? Si decimos que una persona peca porque es pecadora debemos admitir entonces que todo ser humano carga desde que nace con la culpa y las consecuencias de dicho pecado, pues si eres intrínsecamente pecador no hay necesidad de que hayas pecado para que lo seas (parece un poco contradictorio). El caso es que muchos utilizan la idea de que «...por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres…» para cimentar la postura de que todos, desde que nacemos estamos condenados pero parece que hacen caso omiso a la continuación del versículo: «de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida» La Biblia podría estar diciendo en este versículo una verdad que podía resumirse en: Por culpa de Adán todos nacimos condenados y gracias a Jesús, todos nacimos justificados. Pero la Biblia no dice eso y el contexto de toda la Biblia así lo refleja. Lo que viene a decir es lo siguiente, y es preciso entenderlo bien: A raíz del pecado de Adán todos tenemos la obligación de pecar pero gracias al sacrificio de Jesús todos tenemos la libertad de no hacerlo. Visto de este modo; una persona es pecadora porque su naturaleza pecaminosa, vieja y carnal le impulsa a pecar.

Esta exposición podría resolver directamente una de las preguntas más complicadas (y la que tratamos en esta primera parte): Un bebé que por desgracia muere al poco tiempo ¿se salva? Bajo esta perspectiva el Bebé no ha pecado aunque cargue con las consecuencias del pecado original por tanto no hay condenación para él, pues nunca pecó. ¿Cómo sabemos que no ha pecado? La Biblia también nos da pistas sobre este tema ya que no conocer la ley no te exime de cumplirla, así que el hecho de que un niño no conozca las leyes morales o cívicas o de comportamiento no significa que no las esté incumpliendo. [Aquí lanzo varias preguntas interesantes: ¿Porqué Dios hizo a las personas para que cuando nacieran no tuvieran las mismas capacidades sociales/físicas/psíquicas que en la madurez? ¿Por qué una persona no recuerda las cosas de cuando era bebé? (Hay algunos que tienen recuerdos de lo que veían y oían, pero nunca de su razonamiento, que yo sepa)] Algunos acuerdan en este tema que el pecado tiene consecuencias y acarrea responsabilidades cuando entiendes la diferencia entre el bien y el mal (Santiago 4.17) y que mientras no tengas esa capacidad (Isaías 7.16) no hay consecuencias ni responsabilidades por los pecados cometidos. Es más, si dedicamos un momento a pensar en ello, nos daremos cuenta que realmente los bebés no suelen cometer transgresiones más horrendas que tirar el puré debido a su torpeza. El debate se centraría (aceptada esta postura) ¿en qué edad o en qué momento un ser humano es conocedor del bien y del mal? y ¿en qué edad o en qué momento un ser humano es capaz de entender el mensaje de salvación? y más controvertido aún ¿Existe algún momento en la vida de las personas en la que sepas lo que está bien y lo que está mal pero aún no puedas entender el mensaje de la salvación? Me explico: Yo a los 4 años seguro que sabía que pegar a mi hermano o desobedecer a mis padres estaba mal, pero muy seguramente no entendiera que Jesucristo había muerto en una cruz para limpiar hasta ese tipo de pecados.

Para concluir

David dijo en una ocasión:

«Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre. Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.» Salmo 22:9, 10

Y Dios le dijo a Jeremías en otra:
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.” Jeremías 1:5